“Yo recuerdo como si fuera hoy, que se nos fue un familiar hijo de una tía, que queríamos mucho. Creo que estaba en esta esquina” dijo el Alcalde de Barranquilla en la apertura de la calle 84 al finalizar los trabajos de canalización del arroyo en esa vía. Son dos kilómetros de vía con una profundidad de ocho metros.  

Al hablar de ese episodio, Char hace mención al día que la fuerte corriente del arroyo de la calle 84 se llevó al joven Daniel Peña Carson. Daniel era hijo de Dorym Carson, quien además, era la mano derecha de Adelita de Char (madre del hoy Alcalde) en los negocios dijo a Zona Cero Char Chaljub. Ese episodio ocurrió en junio de 1996.

“Estuvimos varios días en el Río Magdalena, por allá por Puerto Mocho a ver si aparecía, pero nunca apareció” dijo Char al recordar la pérdida del familiar hace 20 años. “Allá el cuerpo llega muy pesado y se va a la profundidad”, agregó sobre ese dolor que ha embargado a decenas de familias en la capital del Atlántico. Daniel tenía 16 años y fue arrastrado por la fuerte corriente cuando intentó rescatar su bicicleta que se la llevaba el arroyo.

Del temible arroyo de la calle 84 otro episodio que no olvidan los barranquilleros es el acontecido el 30 de julio de 1992 cuando un bus que cubría la ruta Porvenir – Paraíso. Eso fue a la atura de la carrera 69, en el norte de Barranquilla. Ese día murieron María Teresa Celín Caballero y Marta Liliana García Forero. 

Por él y más de 90 que han fallecido en los arroyos de Barranquilla, 13 de ellos en el arroyo de la 84, “siempre los vamos a recordar” añadió.

Para el gran día, que se estime sea en cuatro años, haya concluido la canalización de los siete arroyos más peligrosos que restan por canalizar, la Alcaldía anuncia que se levantará una gran placa con los nombres de los más de 90 muertos que han dejado estas súbitas corrientes urbanas en Barranquilla.

80 mil millones de pesos se invirtieron en la canalización de los 2 kilómetros del arroyo de la calle 84 y 665 mil millones se invertirán en los 17 kilómetros de los siete arroyos que restan por canalizar.